viernes, 18 de junio de 2010..publicado en otro blog que después cerré.
Se vale andar
Todavía. Es la respuesta que
debí darle cuando me preguntó si aún escribo. Era mucho mejor al insipiente
movimiento que salió de mí cabeza para afirmar que sí. No supe contestarle
adecuadamente, al menos no como es justo. Lo hago sí, y con más miedo que antes
porque he descubierto que mi trabajo sigue el mismo patrón de hace ya unos años.
Me he encontrado con el hecho de que mi estilo persigue tanto o más que yo los
lugares en los que he estado y las personas que me conocen. Aún así continuo
haciéndolo. Escribir me da miedo y lo atribuyo a mi falta de constancia y
técnica, pero insito, no siempre por cierto, pero tengo días en los que es fácil
batallar y otros en los que el trabajo creativo no pasa de ideas, borradores o
la frase inicial para un cuento. Parece que se puede subsanar el apego, a la
manía de abrir un cuento según un patrón, por ello he diseñado el Blog: para
obligarme a escribir, redactar, des-redactar, inventar palabras, gestos o lo que
fuere en bien de mi estilo. También para crear nuevos espacios donde mi
narrativa desahogue tanto como pueda la nostalgia. Me espera pues, la faena,
pero es nada si lo comparo con el trabajo que Faulkner o Hemingway le han
dedicado a su técnica. Se vale andar a tientas mientras buscas, así que si me
permite, mi querido lector, voy a andar. Voy a andar mi querido amigo.
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