Li Young Lee

A esta hora, lo que está muerto, está inquieto;
lo que está vivio, se calcina.

Que alguien le diga que ya se duerma.

Que alguien le diga al señor que me deje en paz.
Ya tuve suficiente de su amor
que se siente como una quemazón y un vuelo y una huida

viernes, 10 de diciembre de 2010

Antioxidantes

Antioxidantes
Cuando se mira al espejo percibe arrugas, canas, dientes amarillos, ojeras, la vida ya pasó y sigue viva. ¡Qué contradicción tan grande! Se da miedo ella misma, entiende por qué los nietos no quieren saludarla, incluso les tiene algo de humanidad. Toma la seria providencia de solucionarse. Borra con un pañuelo la imagen de su rostro en el espejo hasta que desaparece completamente; luego en su lugar garabatea una cara con una enorme pera al frente y un sombrero azul en la cabeza. El dibujo de su espejo queda marcado en su piel. Nunca será bella otra vez pero al menos tendrá una cara que haría sonreír a sus nietos.